NAVIERA ARMAS

 

angelote

El viernes 28 de junio, se presentaron en el Aula de Grado de la Facultad de Ciencias del Mar los resultados finales del proyecto “ACUSQUAT: Seguimiento acústico del comportamiento del angelote (Squatina squatina) en áreas críticas de conservación”, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad.

El acto contó con la presencia de José Juan Castro, profesor de la ULPGC y coordinador del proyecto; Jorge Cabrera Gámez, del Instituto Universitario SIANI; Diego Gamo Campos, Técnico de la Fundación Parque Científico y Tecnológico; y David Jiménez Alvarado, investigador del proyecto AngelShark.

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El proyecto se ha centrado en el estudio del comportamiento espacio-temporal de la especie y sus interacciones con actividades humanas en el entorno de playas de Gran Canaria que soportan un intenso uso turístico. Para ello se ha utilizado una metodología novedosa basada en el uso de marcas y receptores acústicos, con el objeto de monitorizar los desplazamientos y ritmos circadianos del angelote. De forma complementaria, el proyecto ha permitido también testar el uso de un velero autónomo no tripulado en las tareas de seguimiento de la especie.

Tras la reciente inclusión del angelote en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como especie “en peligro”, la información obtenida con este tipo de estudios resulta aún si cabe más importante, de cara a orientar futuras medidas de recuperación de la especie y medidas de planificación en sus áreas críticas de conservación. Cabe recordar que la distribución geográfica de las poblaciones estables de este tiburón bentónico se ha visto reducida al Archipiélago Canario, debido fundamentalmente a la sobrepesca.

Varios investigadores asociados a los institutos universitarios ECOAQUA y SIANI, respaldados por el Servicio Integral de Tecnología Marina (SITMA) de la ULPGC, han sido los encargados de desarrollar esta nueva iniciativa en torno a la conservación del angelote. En esta ocasión, el acento se ha puesto en la utilización de nuevas tecnologías de seguimiento, de ahí la importancia de la colaboración surgida entre los biólogos de ECOAQUA y los ingenieros del SIANI, junto con los medios técnicos aportados por el SITMA. 

Último reducto de la especie

Los investigadores de la ULPGC José Juan Castro y Jorge Cabrera insistieron en que "Canarias es el último reducto de esta especie" que, por lo tanto, "podría desaparecer si no se toman las medidas adecuadas", que consideran que pasa por la educación e información a los residentes y turistas para preservar las playas de apareamiento y crianza de esta especie "que no es agresiva y que, además, es importante para la industria turística porque ya existe demanda de realizar buceo contemplando a estos animales".

En este primer año de trabajo del proyecto, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y el Ministerio de Transición Ecológica, se han monitorizado 300 hectáreas de costa canaria, y se han colocado marcas acústicas en 15 ejemplares de angelotes, de los que 11 son hembras, "con una forma novedosa de marcaje que se realiza sin extraer al animal del mar ni causarle daños, en unos pocos minutos". Para ello se les coloca bajo una red y se les instala unas pulseras en la aleta caudar o unas marcas acústicas que son biodegradables, con lo que en unos 10 meses se eliminarán naturalmente. Esas marcas están complementadas con unos receptores en la costa, colocados estratégicamente desde Patalavaca a Amadores, para hacer un seguimiento de los animales, con unos 600 metros de acción. 

Como además se quiere conocer dónde se localizan los angelotes una vez abandonan la costa, algo de lo que no se tiene noticia hasta el momento, también se han ubicado receptores en gliders y en un velero autónomo para poder seguir a los animales en el mar. 

Como conclusión de este proyecto los investigadores desean implicar a las autoridades locales y a los usuarios en un plan de gestión de uso de las zonas críticas, para compatibilizar el desarrollo de estos animales con el uso humano, "tal y como existe para la presencia de aguavivas", indican, "podría contarse con unos protocolos de actuación para los casos en los que se detectan a los animales, con carteles informativos, por ejemplo". Y también solicitaron la ayuda de la ciencia ciudadana, es decir, las imágenes e información que los ciudadanos puedan remitir para ayudar al conocimiento de las costumbres de la especie.

"Tenemos un recorrido muy amplio por hacer", recalcó José Juan Castro, "queremos trasladar los marcajes a todo el Archipiélago porque aún queda mucha información que recuperar de esta especie que nos pone en el punto de mira mundial". Calculan que el trabajo podría prolongarse durante dos años más y con toda la información recopilada ir haciendo uso en publicaciones científicas.